Aunque en nuestro sentido común el lenguaje es visto como una herramienta que describe la realidad, desde los años 50 este supuesto ha sido cuestionado y sustituido por una visión generativa del lenguaje: al hablar no solamente damos cuenta del mundo, sino que lo intervenimos, lo transformamos, incluso nos inventamos a nosotros mismos.
1. El lenguaje genera identidad: la forma en que hablamos de nosotros mismos y la forma en que los demás hablan de nosotros, se encuentras condicionadas por como operamos en el lenguaje.
2. El lenguaje genera relaciones: la calidad de una relación está altamente correlacionada con la calidad de las conversaciones que se sostienen; conversaciones pobres implica relaciones pobres.
3. El lenguaje genera coordinaciones: nos permite articular compromisos con otros y lograr resultados imposibles de forma individual.
4. El lenguaje genera posibilidades: al permitirnos conversar con nosotros mismos y generar interpretaciones de lo que acontece
5. El lenguaje genera reflexión: nos permite pensar sobre nosotros, hablar sobre nosotros y de forma recursiva hablar sobre el lenguaje.
6. El lenguaje genera futuros diferentes: al declarar algo para nosotros (voy a aprender algo nuevo, voy a partir un nuevo hábito, voy a dejar una adicción, etc.) o para otros (declaración de matrimonio, de libertad, de ignorancia, de amor, etc.), cambiamos el devenir inconsciente.
7. El lenguaje genera sentido: nos proporciona la capacidad de conferir significado al acontecer.
Durante mucho tiempo se sostuvo que el atributo fundamental de los seres humanos era la razón (capacidad de pensamiento) y por lo tanto se veía al lenguaje como un instrumento al servicio del pensamiento. Sin embargo en la actualidad, el postulado predominante es interpretar a los seres humanos como seres lingüísticos (el lenguaje es, por sobre todo, lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que son).
En consecuencia, el lenguaje es clave para comprender los fenómenos humanos, pues vivimos y nos construimos a nosotros mismos en él.